Los fondos federales para programas y servicios que apoyan a millones de personas vulnerables y pagan los salarios de muchos miembros de AFSCME podrían estar en peligro el año que entra.
AFSCME está colaborando con aliados para pelear los recortes drásticos propuestos por legisladores de derecha. Es probable que aparezcan propuestas incluso más extremas si Donald Trump es elegido presidente en noviembre y sus aliados toman control del Congreso.
Los Republicanos en la Cámara de Representantes están apuntando sus armas hacia el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), el cual les ayuda a las personas de bajos recursos a comprar comida para ellos y sus familias. Si los legisladores de derecha cumplen con su objetivo, se le quitarían unos $30 mil millones a SNAP a lo largo de 10 años, según una carta enviada por AFSCME y nuestros aliados. Muchos miembros de AFSCME administran los beneficios de SNAP.
La carta afirma que “SNAP es el programa más impactante que tiene nuestro país en contra de la hambruna. El Congreso debe asegurar que se les ofrecen los beneficios SNAP a todos quienes los necesitan, incluyendo hogares con niños, adultos mayores, veteranos y personas con discapacidades, y residentes de territorios estadounidenses, para que todos puedan prosperar”.
Las cosas no van a mejorar a menos de que nos esforcemos y luchemos por elegir o reelegir en noviembre a representantes en el Congreso que apoyan a las familias obreras.